miércoles, 7 de agosto de 2013

CFK en Rosario: Cuando la violencia es del otro



Cuando la violencia es del otro
Me molesta el vacío del discurso. Me molesta cuando lo aplican los de mi equipo y los de equipos contrarios. Me molesta en ambos casos por igual. Cuando mis aliados hablan sin contenido siento vergüenza de formar parte y cuando lo hacen los del bando opuesto, vergüenza ajena.
Esta vez, como muchas otras, el vacío en el discurso lo reconocí del lado de enfrente.
“¿Cómo puede ser que Cristina no dé la cara?”, escuché decir. “¡Que venga y que se haga cargo!”, lanzaron, desafiantes, algunos otros.
Ahí la tuvieron. Escuchó el reclamo. Se hizo presente. Dio la cara y actuó como un jefe de Estado debe en caso como estos.
¿Que no estuvo en Once ni en Castelar? No hay ninguna duda de la gran falla. ¿Que su silencio posterior? Repudio.
Pero ahí la tenían. Por primera vez, para algunos, asumiendo la responsabilidad. Y, ¿qué hicieron? Agredieron e insultaron. Tiraron botellas. Dicen que también arrojaron piedras. Le gritaron “psicótica” y “oportunista”.
Desperdiciaron la oportunidad de ser mejor. De ser menos agresivos. Menos soberbios.
Demostraron eso que rebalsa de sentido común pero que no deja de ser cierto: la violencia se genera cuando faltan argumentos.

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